martes, 3 de febrero de 2009

Wyoming y su becaria

Menuda la que ha liado el gran Wyoming con su bromita a los de Intereconomía. Radio, prensa, televisión y blogosfera y media no hablan de otro cosa.

Hoy leo en la edición digital de El País:

"El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), Fernando González Urbaneja, criticó hoy con dureza la broma de Wyoming en su programa de laSexta sobre las vejaciones a una becaria, por lo que supone de "empleo de la trampa y el engaño" y de "desprestigio" de la profesión periodística".

Bueno, sólo una puntualización al respecto de esa denostada profesión periodística... Sin entrar en la cuestión de si hay de por medio un titulito obtenido en universidad real o ficticia ¿desde cuándo Wyoming, Jordi "El Follonero" Évole o los muchachos y muchachas de Sé lo que hicisteis practican el periodismo en sus respectivos programas?

Para mi un periodista es un tipo que se mete en medio de una guerra y se la juega para contar lo que allí está pasando. O alguien que analiza hechos o tendencias y trata de transmitirlos siempre con honestidad, objetividad y transparencia.

Vaya, estoy pensando que pocos de los personajes habituales de tertulias y programas de tv, esos auto proclamados periodistas, encajan con lo dicho en el párrafo anterior.

Pero está bien, aceptemos satírico como tipo de periodismo. En cualquier caso no me parece que la práctica periodística consista en manipular la realidad sino más bien todo lo contrario, con sátira o sin ella. De este modo no creo que estos chicos desprestigien profesión periodística alguna dado que, desde mi punto de vista, no la practican en sus shows televisivos.

Por tanto llamémosles showmans, payasos (ningún menosprecio aquí), hombres y mujéres del espectáculo, etc. etc., pero ¿periodistas? Pues va a ser que no, si por sus actos hay que definirlos.

Y de los de Más se perdió en Cuba / Intereconomía ni hablamos, porque ése es sin ningún género de duda un programa de humor.

Yo, por mi parte, anoche mientras cenaba me tronchaba viendo El Intermedio, de la misma manera que me troncho con el Follonero o Sé... Debo ser un rojales (y yo sin saberlo).

En fin, las que entran por las que van saliendo.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

No sé cuál ha sido la bromita de Wyoming pero la ha debido de liar buena.Respecto al desprestigio de la profesión periodística, estoy contigo en que no creo que se le pueda llamar periodismo al trabajo de esta gente que nos hace tanto reír.
Referente a la definición de periodista,lanzaría las siguiente pregunta,¿ha de ser el periodista objetivo?,tú mismo comentas que los periodistas que aparecen en los distintos medios no encajan en tu definción,así que directamente podemos decir que no lo son¿pero deben serlo?.Mi opinión es que creo que es difícil que un periodista pueda ser objetivo al dar la noticia, sí puede ser más fácil ser objetivo a la hora de recoger la información,donde no debería existir ninguna manipulación de datos, pero a partir de ahí cada periodista ve las cosas bajo una perspectiva.A mi me parece interesante que el periodista nos de la información recopilada (esto sí que dabería ser objetivo)y además su opinión, luego ya está la mirada crítica de cada espectador para analizar todo lo escuchado.
Dos personas que hayan vivido una misma realidad o hayan recabado una información, en el momento de hacer el análisis de lo vivido o de lo recopilado puede que no coincidad, por eso es difícil la objetividad periodística.
¡Hasta la próxima entrada!

Pablo Felip dijo...

Creo que aunque resulta casi imposible, tal y como dices, no mostrar una visión de la realidad condicionada por las propias creencias y experiencias, la objetividad debería ser el objetivo final de un periodista a la hora de contar lo ocurrido. Está claro que posiblemente no lo logre, pero si al menos ésa es su intención a mi ya me vale (ahí entra lo de la honestidad). En todo caso se podrá entrar a valorar entonces si es capaz o no de analizar una situación sin prejuicios y desde múltiples puntos de vista, pero no su integridad.

Lo demás es opinión y de esa ya tenemos todos. Lo que precisamente necesitamos es información completa y veraz para formarla, aunque estoy de acuerdo contigo en que resulta enriquecedor escuchar la opinión de otras personas probablemente más documentadas sobre un tema en concreto.

Es curioso porque también se puede ser parcial sin necesidad de recurrir a la mentira, basta con eludir cierta información, comentarla de pasada o emplear algún que otro adjetivo de manera sutil.

Por ejemplo... ¿Es Iñaki Gabilondo objetivo? Para muchos no, porque ofrece su propia visión de la realidad, aunque estoy seguro de que es completamente honesto al hacerlo.

En cualquier caso me molestan profundamente los periodistas y analistas políticos obstinados en alinearse permanentemente y sin fisuras con un bando u otro. Sabes perfectamente cuál va a ser su opinión antes de que abran la boca. Ese maniqueismo me parece ridículo.

Gracias por tu comentario, B.