Finiquitados ambos, y antes de ser abducido probablemente por el Guns of the Patriots, vamos pues a otra cosa: una de móviles, porque tachán tachán, el HTC Magic ya está aquí.
No, el HTC Magic no es para mi. Después de comprender que mi HTC Touch Diamond me complicaba las tareas telefónicas más sencillas más allá de lo que cualquier humano o replicante podría soportar, volví al redil de Symbian y me agencié un estupendo Nokia N95 8GB que no pienso cambiar hasta que reviente ¡Esto sí que es un telefono de verdad de la buena! El cacharrito es para mi jefe, que también ha acabado de los nervios con la puñetera Diamond y esa cosa que lleva que parece un sistema operativo.
El caso es que con apenas un par de horas de uso naquever con los terminales con Windows Mobile. La interfaz responde a la velocidad del rayo, la tactilidad está francamente bien resuelta, la tienda de aplicaciones es una delicia y la integración con los servicios de Google funciona a las mil maravillas. Se nota que es un dispositivo diseñado con una clara vocación de gadget siempre conectado a Internet, de hecho no se vende sin un plan de datos. Tampoco es posible emplearlo sin conexión a la red móvil, sin SIM no pasa de permitirte llamar al 112.
Eso sí, más vale que quieras integrarlo con Gmail, Calendar y toda la caterva de servicios de Google, porque como tus intenciones sean otras el asunto está más turbio ¿El cdrom con la herramienta de sincronización con Outlook? Ya lo puedes rebuscar porque no aparece por ninguna parte, pero ¿para que demonios vas a necesitarlo cuando Google te da ya canela fina? (nótese un leve atisbo de ironía en este punto).
La prueba del algodón en cuanto a usabilidad: mi jefe se ha lanzado en cuanto he terminado de configurarlo a revisar su correo sin requerir, para mi profundo alivio, mayores explicaciones. Eso mismo le costó una semana con la Diamond. Si es que si le quitaran el logo de Google de la tapa y pusieran una manzanita colaría y todo.
Prometo una nueva entrada en breve explicando cómo demonios resolvemos el tema de la sincronización con Outlook, cuestión absolutamente vital ahora mismo para este binomio empleado tecnocompulsivo - jefe alwayson (que diría un consultor).
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