lunes, 19 de mayo de 2014

Prueba friki-egiptológica superada

¿Hay algo peor que tener que hablar delante de 58 personas a las 3 de la tarde de un lunes en una sala sin aire acondicionado a más de 35 grados? Por supuesto. Que 54 de esas 58 personas (las otras 4 son las maestras de los interfectos y se les presupone uso de razón) tengan menos de seis años y no se queden quietas ni diluyéndoles tranquimacines en el yogur de piña.

Pues eso es lo que he hecho yo esta misma tarde a petición de Pablo Felip Jr: irme al cole a contarles a una recua de infantes e infantas cosas sobre las pirámides. Como si yo supiera algo sobre ellas.

Afortunadamente creo que he salido más o menos dignamente bien parado del apuro, esas otras 4 personas que mencionaba más arriba hasta me han saludado amablemente al marcharme e incluso me han pedido que el próximo curso vaya a hablarles sobre momias, cuanto más feas y asquerosas mejor, que los nenes y nenas ya estarán más mayores y las fotos no les darán canguelo, como podría haber sido el caso de habérselas mostrado hoy.

Como no he podido enseñarles momias roñosas, al menos he repartido otras comestibles, de oreo y fondant, francesfrikis todas ellas, tales que estas:


Me tomo la libertad de incrustar aquí mismo el soporte audiovisual que he utilizado por si algún otro sufrido progenitor se ve en estas circunstancias... así por lo menos ya tiene algo adelantado.


Y lo peor de todo, lo que son las cosas, es que hasta me ha gustado. Pero no se lo contéis a nadie.

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