
Gracias a este Mac neoyorquino he podido (por fin) expulsar a mi novia del despacho para poder así hacer y deshacer a mi gusto en él ;-).

Ayer llegó a casa en su caja, toda de diseño ella, y ahora mismo ya está instalado y corriendo Tiger a una velocidad que a mi me parece más que satisfactoria. El "bicho" rezuma clase por los cuatro costados, comenzando por el exterior de aluminio, el mecanismo de apertura o pequeños detalles como el sistema de fijación de los discos duros: bonito, bonito, bonito (¡y olé!). Leí una vez que Apple cuida la experiencia del usuario desde el momento en que se desembala el equipo y lo cierto es tengo que estar de acuerdo. O eso o estamos todos idiotas y nos tragamos sin rechistar el marketing manzanil de Steve Jobs, que también podría ser.
No sé si esta fiebre va a pasar, quizás sea sólo la necesidad de explorar sistemas nuevos tras muchos años de aburridos PeCes Wintel (o Winamd, que para el caso es lo mismo). Lo que sí es cierto es que ya estoy echando de menos Ubuntu, mi entorno de trabajo habitual hasta ahora. No hay versión para arquitecturas PowerPC desde la 6.10, así que dos piedras, pero tengo que enterarme de qué distribuciones Linux actuales corren en el G5 y hasta qué punto son utilizables.
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