viernes, 13 de junio de 2008

La Fuente de la Vida

A pesar de que no pude verla en el cine cuando se estrenó y me tuve que conformar con un pobre divx en la tele de casa, La Fuente de la Vida, del alucinógeno Darren Aronofsky (el de Pi, Fé en el Caos y Réquiem por un Sueño) me dejó completamente flipado.

Al margen de los más o menos discutibles excesos visuales y de un guión algo confuso que deja mucho espacio abierto a interpretaciones personales, no se sabe muy bien si por elección o quizás incapacidad del director para resolverlo de mejor modo (prefiero pensar en lo primero), es innegable que la banda sonora, perfectamente entrelazada con las imágenes, contribuye de una manera decisiva a la hora de sacudir una y otra vez la conciencia del espectador.

De nuevo es Clint Mansell, que ya participó en las dos anteriores películas de Aronofsky, quien firma esta proeza musical. Mansell, acompañado por el Kronos Quartet y los postrockeros Mogwai, ha construido una banda sonora que envuelve y fascina desde los primeros instantes en The Last Man hasta la explosión final de Death is the Road to Awe.


En mi opinión, y sin lugar a dudas, el mejor trabajo de Clint Mansell, superior incluso a una de mis bandas sonoras preferidas, la crepuscular Gattaca de Michael Nyman.


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