Mea culpa.
Lo reconozco, soy un tipo caprichoso que adora la tecnología y no puede resistirse a cualquier gadget que se le ponga por delante... equipos audiovisuales, ordenadores, teléfonos móviles y otros cachivaches me provocan adicción, hasta el punto de que en algunos momentos tengo que hacer auténticos esfuerzos de auto control para no sobrepasar la línea de la compulsión tecnobulímica.
Afortunadamente me doy cuenta de que no todo está perdido para mi. Mi futuro como consumidor ovejuno no es inmutable. Hay señales que lo demuestran: Los centros comerciales me siguen aturdiendo a pesar de mi ya avanzada edad. Las tardes de compras en familia me parecen lo peor. Aborrezco las modas y la ropa de marca. Detesto la cultura de usar y tirar todo aquello que percibimos como obsoleto, aunque sea perfectamente funcional o facilmente reparable. He perdido la cuenta de cuántos ordenadores y otro equipamiento electrónico he rescatado de la basura para encontrarles un nuevo hogar que les acoja amorosamente. Y sí, me parece que no tiene nada de malo comprar productos usados.
En esta batalla (o escaramuza, tampoco hace falta dramatizar) que mantengo con mi yo más materialista me vienen muy bien cosas como esta "The Story of Stuff" (La Historia de las Cosas), que se ha sacado de la manga Annie Leonard, para no perder de vista ciertas verdades como puños.
Annie es una experta en sostenibilidad que lleva muchos años mostrándole al mundo cuál es su visión del ciclo de producción - consumo que reina en esta bendita sociedad capitalista. Este documental de apenas 20 minutos, doblado al castellano con ese siempre maravilloso acento argentino, sintetiza perfectamente su opinión al respecto.
Lo reconozco, soy un tipo caprichoso que adora la tecnología y no puede resistirse a cualquier gadget que se le ponga por delante... equipos audiovisuales, ordenadores, teléfonos móviles y otros cachivaches me provocan adicción, hasta el punto de que en algunos momentos tengo que hacer auténticos esfuerzos de auto control para no sobrepasar la línea de la compulsión tecnobulímica.
Afortunadamente me doy cuenta de que no todo está perdido para mi. Mi futuro como consumidor ovejuno no es inmutable. Hay señales que lo demuestran: Los centros comerciales me siguen aturdiendo a pesar de mi ya avanzada edad. Las tardes de compras en familia me parecen lo peor. Aborrezco las modas y la ropa de marca. Detesto la cultura de usar y tirar todo aquello que percibimos como obsoleto, aunque sea perfectamente funcional o facilmente reparable. He perdido la cuenta de cuántos ordenadores y otro equipamiento electrónico he rescatado de la basura para encontrarles un nuevo hogar que les acoja amorosamente. Y sí, me parece que no tiene nada de malo comprar productos usados.
En esta batalla (o escaramuza, tampoco hace falta dramatizar) que mantengo con mi yo más materialista me vienen muy bien cosas como esta "The Story of Stuff" (La Historia de las Cosas), que se ha sacado de la manga Annie Leonard, para no perder de vista ciertas verdades como puños.
Annie es una experta en sostenibilidad que lleva muchos años mostrándole al mundo cuál es su visión del ciclo de producción - consumo que reina en esta bendita sociedad capitalista. Este documental de apenas 20 minutos, doblado al castellano con ese siempre maravilloso acento argentino, sintetiza perfectamente su opinión al respecto.
El original, en inglés y con mayor calidad, puede verse aquí.
Para reflexionar, aunque sólo sea por un momento.
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