miércoles, 8 de agosto de 2018

nVida Shield TV: impresiones de uso

Ya casi no recordaba la sensación de hacer clic en el botón de Entrada nueva en este espacio. El tiempo que dedico a escribir sobre cosas #EDTECH es cada vez mayor y el que resta se ve proporcional y progresivamente reducido. Pero no sería justo responsabilizar exclusivamente a esta circunstancia de la falta de actividad en este blog. Echando la vista atrás y revisando los contenidos que dieron vida a este espacio allá por el otoño de 2007 y leyendo entradas como esta me doy cuenta de cómo el tiempo y las circunstancias modulan los intereses y, en definitiva, a personas y replicantes por igual.

La historia de este blog es, en gran medida, mi historia en Audio Planet, una comunidad de locos por la música y por los equipos que la reproducen, historia que comenzó en junio de 2010 cuando descubrí maravillado lo que allí se contaba. Y esa historia alcanzó un punto de inflexión (interior) en mayo de 2017, precisamente con aquel artículo en el que trataba de comparar de manera minuciosa Volumio con piCorePlayer, publicado tanto aquí como allí. Por el camino se han quedado miles de mensajes en Audio Planet y docenas de pruebas y publicaciones elaboradas robándole horas al sueño, a la familia y a mi vida, en general. Y siempre con un denominador común: la pasión por experimentar en un campo que me fascinaba. Y que probablemente aún me fascina, querría pensar.

Junio de 2010, ocho años de mi vida...

Desde entonces mi interés por las tecnologías digitales para la reproducción audiovisual ha menguado sensiblemente. Estoy ciertamente apático. Ya no me entusiasman determinadas cosas como solían hacerlo y, tengo que decirlo, esta desafección reciente se origina en el simple y llano aburrimiento, en la falta de emoción, en la ausencia de productos o tecnologías realmente novedosas.

Los resultados que actualmente se pueden conseguir utilizando reproductores basados en sistemas-en-un-chip (Raspberry Pi, Odroid y similares) dotados de placas de conversión D/A montadas sobre sus buses I2S o asociados a sencillos DACs USB y pilotados por desarrollos gratuitos como Volumio o piCorePlayer son simplemente espectaculares. Añade a la ecuación un par de monitores activos y ahí tienes un sistema de reproducción musical de una calidad y funcionalidades que hubieran sido ciencia ficción hace cuántos ¿10 años? Y a un coste ridículo. ¿Realmente tiene sentido complicarse más la vida? Para mi yo actual, definitivamente no.

El audio digital de  alta calidad, democratizado, en cuatro instantáneas ligeramente audiopornográficas.

Por ahí dicen que el que afirma estar de vuelta de todo realmente no ha ido a ninguna parte. Posiblemente sea este mi caso, pero desde que el esoterismo audiófilo conquistó lo digital, al menos en ciertos ámbitos, trasladando, actualizando y perpetuando, cuando no inventando, prácticas, creencias y metodologías que no comparto en absoluto, tengo la sensación de que no hay nada nuevo bajo el sol. Y seguramente esté equivocado, pero esta es mi convicción actual, con la que no tengo más remedio que tratar de ser consecuente.

Pero como dice la canción, en ocasiones surgen cosas que te rescatan del naufragio y reavivan la necesidad de escribir sobre tal o cual dispositivo. Hace un par de semanas me he encontrado con una de ellas. Algo que ha (casi) enviado al banquillo de un plumazo a tres de mis artilugios de reproducción de pelis, series y música: Squeezebox Touch, Odroid C2 (con LibreELEC) y Amazon Fire TV Stick Basic. Ahí es nada.

De izquierda a derecha. Odroid C2, Squeezebox Touch y Amazon Fire TV Basic.

Hablemos pues de nVidia Shield TV.

¿Qué es nVidia Shield TV?

Shield TV es un streamer basado en Android TV. No se trata de ninguna novedad, de hecho lleva en el mercado desde el 2015 y el año pasado (2017) su hardware recibió un lavado de cara, aunque manteniendo intactas sus características técnicas definitorias. Y a pesar de sus años sigue siendo una de los cacharros más económicos (en torno a 200€), potentes y polivalentes que podemos adquirir como centro de ocio digital.

En estas cajas tan molonas llega Shield TV.

Pero no es mi intención hacer una descripción detallada del dispositivo. Si quieres conocer en detalle sus características te remito a estos dos excelentes análisis, el de la versión inicial (en Kodimania) y el correspondiente a la posterior revisión del hardware (esta vez en Salón Digital). Ambos son muy exhaustivos y tienen cierto contenido técnico. Si prefieres algo más sencillito puedes leer el que publicaron en Xataka referido a la versión más reciente.

nVidia Shield TV: mi experiencia de uso

Y  este es el objetivo del artículo. Resumir y comentar mi experiencia de uso con Shield TV en las apenas 2 semanas que lo tengo en casa. Y comenzaré por el final, diciendo que, en una palabra, es magnífica.

Las primeras impresiones del hardware del aparato son excelentes, al menos en la versión de la que dispongo, la que se lanzó en 2015 en su variante de 16 GB de almacenamiento. Sorprende su tamaño (que alcanza lo ridículo en el caso del hw 2017), aunque el peso delata que dentro hay un buen montón de tecnología en un formato extremadamente compacto. El potente SoC Tegra X1, muy similar al de la Nintendo Switch, junto a los 3 GB de RAM hace que la interfaz de usuario vuele (literalmente) y se despliegue en pantalla con absoluta suavidad (60 Hz), ofreciendo una respuesta inmediata. Acostumbrado a otros dispositivos de similar pelaje como el Amazon Fire TV Stick, también basado en Android pero con el habitual "barniz" casposillo que Amazon aplica a sus productos, la diferencia es evidente de modo inmediato.

Interfaz de control de Shield TV. Sí, admite control y búsquedas por voz mediante Google Assistant.

Además, el dispositivo demuestra una ejemplar trayectoria de actualizaciones continuadas desde su fecha de lanzamiento. De hecho, recientemente ha recibido la versión de Oreo para dispositivos Android TV. Es patente el interés por parte de su fabricante, nVidia, por corregir problemas detectados y añadir nuevas funcionalidades a través de estas actualizaciones, que se han ido produciendo de modo regular a lo largo del ciclo de vida del producto. No resulta infrecuente encontrarse con cacharros que montan unas tripas estelares comandados por un software de mala calidad que conduce a una experiencia de uso deficiente o directamente nefasta. En estos tiempos digitales el software manda tanto o más que el hardware.

Pero vamos por partes. Mi meta con Shield TV era unificar en un único reproductor, sencillo de manejar y apto para un salón familiar, varias prestaciones y funciones. Hablemos de ellas.

Objetivo 1: Servicios de retransmisión de audio y vídeo

Tidal, Spotify, Deezer, Radio Paradise, Amazon Music, Amazon Prime Video, YouTube.... Todos ellos, y muchos otros, están disponibles mediante apps nativas, adaptadas de un modo excelente al contexto de un salón (tele / mando a distancia). Además, pueden descargarse con facilidad de la tienda de aplicaciones de Google directamente en el dispositivo o encargar su instalación cómodamente desde un navegador de escritorio.

Instalando una app en Shield TV desde el navegador de un PC.

Si Amazon nos castiga con una espantosa tienda de apps en sus propios dispositivos, inexplicablemente desprovista de algo tan elemental como un buscador y con una organización de contenidos que en ocasiones es aparentemente incomprensible, aquí disfrutaremos de una experiencia similar a la de cualquier artilugio Android mondo y lirondo. Adicionalmente, Shield TV trae de serie los Google Services instalados, lo que facilita la carga de aplicaciones externas a la tienda por medio de su APK correspondiente y un sencillo explorador de archivos. Shield TV cuenta también con puertos USB a los que conectar dispositivos de almacenamiento (y otros periféricos, por supuesto) y también ranura para tarjetas SD (modelo de 2015 únicamente). Todo facilito.

Tienda de aplicaciones de Google para Android TV.

A diferencia de otros reproductores basados en Android, Shield TV es un dispositivo certificado por Netflix y por tanto admite la reproducción de vídeo a 1080p y 4K en HDR y audio en Dolby Digital Plus (similar a AC3 pero con una tasa de bits superior y soporte para más canales). nVidia ha pasado por caja cuando ha sido necesario para asegurarse de que esto sea así. La calidad en reproducción es excelente, siendo habitual que se alcancen tasas de más de 6 Mbps, cercanas al límite del servicio a 1080p.

Detalle de la tasa de bits de una emisión 1080p de Netflix (capítulo final de Sense8)...

...y audio en Dolby Digital Plus emitido en crudo hacia el receptor a través de HDMI.

Nota para nostálgicos:
Resulta sorprendente comprobar cómo han evolucionado los codecs de vídeo en unos pocos años, ahora cobijamos en un flujo digital de 3-6 Mbps una señal 1080p con audio multicanal que se ve infinitamente mejor que el vídeo a 5-10 Mbps codificado mediante MPEG2 en los vetustos DVD. Cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor.

El manejo del dispositivo puede lograrse utilizando tanto los mandos suministrados, de control o de juegos, como el de la televisión, puesto que Shield TV soporta el estándar de interoperabilidad HDMI CEC. Con mi equipo el comportamiento es ejemplar, las secuencias de encendido / apagado / cambio de fuente / control de volumen de televisor y receptor multicanal funcionan correctamente, aunque esto es casi casi una lotería que depende mucho de lo bien que se entiendan entre sí los cacharros interconectados. Por ejemplo, mi Amazon Fire TV Stick, conectado a un puerto HDMI del receptor multicanal (Pioneer SC-LX81), se queda "dormido" y no puede ser activado ni "despertar" al resto de dispositivos a través de CEC pasado un tiempo sin ser usado, rompiendo en la práctica la magia de un control unificado con un solo mando.

Mando de control estándar (versión 2015). De aluminio, recargable, con superficie táctil de control y micrófono incorporado.

Por cierto, el mando de control de Shield TV (de aluminio en su versión 2015, muy premium y con poco que envidiar al de un AppleTV) incorpora en su mitad inferior una discreta superficie táctil de control, que fácilmente puede pasar inadvertida, para modificar el volumen e iniciar / pausar la reproducción. El ajuste puede configurarse para que este control actúe sobre el volumen interno (en software) o sobre el del dispositivo externo conectado (receptor en mi caso).

Ah, y aplicaciones más borderline, como Stremio, también funcionan perfectamente. Una gozada.

Ojeando gustosamente series en Stremio.

Por si todo lo dicho no fuera suficiente, resulta que Shield TV es también un dispositivo Chromecast. Pero no una de esas variantes descafeinadas basadas en Miracast y similares. Se trata de un Chromecast Ultra (4K) de tomo y lomo que se anuncia y aparece como tal ante otros dispositivos (ordenadores, móviles, tabletas) en la red local.

nVida Shield TV en su faceta de Chromecast: enviando audio desde Tidal en Chrome.

nVida Shield TV visto desde la app Google Home.

Es posible emitir hacia él audio y vídeo directamente desde determinadas aplicaciones compatibles o el navegador (Chrome) o simplemente clonar totalmente la pantalla del dispositivo emisor.

También podemos no obstante instalar aplicaciones freemium como AirScreen, que en su versión gratuíta constituye un eficaz receptor AirPlay a pantalla completa para i-cosas.


Lástima que, como en todos los dispositivos móviles, la app de Tidal no emita en calidad Master. Aunque bien pensado, a estas alturas casi que me da igual.

Amazon Fire TV Stick sustituido. Vamos a por lo siguiente.

Objetivo 2: Reproductor de medios locales: VÍDEO

Shield TV es un dispositivo diseñado para consumir audio y vídeo en servicios bajo demanda, lo que se lleva ahora. Y hacerlo con mucha clase. Pero eso no es ni la mitad de la ecuación. Sin tener que hacer piruetas podemos instalar VLC y Kodi. Y, por si fuera poco, Shield TV trae preinstalado tanto un cliente como un servidor Plex, con potencia de sobra para transcodificar audio y vídeo al vuelo sin problemas.

Kodi corriendo sobre Shield TV en todo su esplendor (la piel utilizada es Eminence).

Con ellos podemos reproducir prácticamente cualquier archivo de vídeo que habite en nuestra red local, por ejemplo en una carpeta compartida en un NAS. De hecho, en el panel de ajustes de Shield TV existe una sección destinada a explorar y montar sobre el sistema de archivos local, de modo permanente, recursos en nuestra red doméstica. No es necesario ni con Kodi ni con VLC, que son capaces por sí mismos de explorar la red, pero da una idea de la orientación del dispositivo, que abre el acceso a los recursos en red local a cualquier app instalada localmente. Muy bien.

Explorando y montando dispositivos de almacenamiento en la red local.

Sin quitarle el mérito a VLC ni a Plex, para mi el paradigma de reproductor de medios local no es otro que Kodi. De hecho, ha venido siendo mi reproductor de vídeo de cabecera en el equipo del salón desde mayo de 2013 a lo largo de varias generaciones de Raspberries (inicialmente usando Raspbmc y posteriormente su sucesor espiritual, OSMC) y, hará cosa de un año, con LibreELEC corriendo en una fantástica Odroid C2.

Kodi en Shield TV funciona mejor que bien. ¿Decodificación hardware de HEVC de 10 bits (H.265), VP9 y 4K con HDR via HDMI 2.0b? Sí. ¿Cambio automático de frecuencia de refresco con soporte de 23,976 y 24 Hz? Por supuesto. ¿Passthrough de AC3, DTS, TrueHD y DTS-HD hacia el receptor multicanal? También. ¿Complementos instalables? Sin dudarlo. ¿PCM multicanal hasta 192/24? Concedido. ¿Capacidad para ejecutar pieles pesadas? Potencia de sobra. Y toda la compatibilidad de formatos que Kodi proporciona, incluyendo contenedores ISO, DFF/DSF (incluso con remuestreo en alta calidad), etc. etc. nVidia se ha asegurado de que este reproductor corra en su creación a las mil maravillas. Otro minipunto.

Emisión de audio en crudo a tutiplén en Kodi.

De Plex no diré nada dado que no lo he utilizado de un modo extensivo, pero por lo que he leído su  funcionamiento es bueno. Con respecto a VLC,  más de lo mismo, se trata en este caso de una alternativa ideal si no queremos líos configurando bibliotecas y tal y, en mi experiencia, funciona correctamente.

Y ya tenemos también sustituto para LibreELEC en la Odroid C2.

Objetivo 3: Reproductor de medios locales: AUDIO

¿Y qué tal como reproductor de audio? Bueno, Kodi cataloga y gestiona extensas bibliotecas de archivos de audio sin mayor problema, para muchos eso será más que suficiente.

Personalmente llevo utilizando en casa un ecosistema Squeezebox desde hace un montón de años y me siento muy cómodo con él. Es extremadamente flexible y potente, admite la integración de casi cualquier servicio y dispositivo de reproducción y dispone de una de las mejores apps de control (iPeng). ¿Puede dar cobijo también a Shield TV este entorno? Pues resulta que sí, y casi de modo inmediato, gracias a su papel Chromecast. Solo tenemos que instalar en el servidor de medios de Logitech (LMS), el complemento Chromecast bridge. Shield TV aparecerá como un Squeezebox más, con capacidad de reproducir audio de modo nativo a 96/24. Los archivos codificados a resoluciones superiores serán remuestreados automáticamente por el servidor LMS, como es habitual en este sistema.

Panel de configuración de Chromecast bridge para LMS.

Un reproductor Squeezebox más en la familia, aquí tirando audio a 192/24 (remuestreado a 96 Khz).

iPeng en acción controlando a nuestro Shield TV disfrazado de Squeezebox.

En este caso, no obstante, y como consecuencia de este doble salto mortal hacia atrás para conseguir que Shield TV se lleve bien con LMS, surge alguna que otra limitación. La reproducción continua (sin pausas entre temas) no funciona por el momento. Ni tampoco las pistas en AC3 o DTS. Como hemos visto, Shield TV no tiene mayor problema en hacer passthrough de estas cosas, pero en su faceta Chromecast solo lo admite cuando se usan apps como la de Netflix. Nos topamos por tanto con una de esas malditas limitaciones impuestas por el software.

Bueno, siempre podemos recurrir a Kodi como reproductor universal, que no está nada mal, y en el que los contratiempos descritos más arriba desaparecen, o quizás explorar la posibilidad de instalar en  Shield TV alguno de los desarrollos basados en Squeezeplay disponibles.

De un modo u otro, en este caso no me atrevo por tanto a afirmar que Shield TV sea una alternativa perfecta a un reproductor de tipo Squeezebox, pero si no se tienen muchas manías está cerca, muy cerca.

Otras funciones

Y podríamos seguir hablando de características apetitosas que nos ofrece Shield TV, por ejemplo la extensiva compatibilidad con dispositivos bluetooth, pero no solo teclados y ratones, sino también auriculares, altavoces o barras de sonido. De hecho existe un ajuste para compensar el posible desfase entre audio y vídeo, caso de que se produzca, en su panel de control.

Ajuste de sincronización audio / vídeo, importante cuando se emplea un dispositivo de audio externo.

Otra característica destacable es la compatibilidad con DACs USB, para los que Shield TV dispone de un modo de emisión de audio de alta calidad, sin remuestreo forzado.

Modos de audio USB.

Por otro lado, el controlador cuenta con un micrófono desde el que enviar órdenes al Asistente de voz de Google para abrir aplicaciones, realizar búsquedas, etc. En los nuevos mandos de juegos (versión 2017), este micrófono está en modo de escucha permanente, por lo que esencialmente tenemos un Google Home... con aspecto un tanto extraño, eso sí.

Y todo eso sin hablar de GeForce Now, la plataforma de videojuegos en streaming de nVidia, que permite jugar del mismo modo que consumimos audio en Spotify o vídeo en Netflix utilizando la potencia de procesamiento de los servidores en la nube de la compañía, algo que funciona sorprendentemente bien y que en mi opinión es el futuro al que nos dirigimos por lo que hace al consumo de videojuegos.

Como puedes ver, Shield TV es una auténtica navaja suiza del streaming. Y ni siquiera hemos hablado de sus capacidades emulando recreativas y consolas antiguas. La perfección no existe, pero en mi opinión su enorme colección de virtudes, su comedido precio y el que hasta el momento ha sido un excelente soporte convierten a este atractivo cachivache en un dispositivo a tener muy en cuenta como centro neurálgico de entretenimiento digital en el salón.

En cuestiones audiófilas no entramos, claro está.

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